Autores: Andrés Rojas y Dr. Johann Vanegas
Los plásticos son una variedad de materiales de naturaleza orgánica, semisintética o sintética, que se pueden moldear fácilmente para darles muchas formas y usos. Son materiales muy versátiles que se encuentran en casi todos los elementos que nos rodean. Han hecho de nuestras vidas algo más limpio, seguro y fácil, pero esto no quiere decir que no sean perjudiciales para el planeta.
La gran mayoría de plásticos se obtienen del procesamiento del petróleo, específicamente de las naftas. En el proceso de generación de los plásticos de base fósil se obtienen monómeros (Etileno, por ejemplo) que luego se unen entre sí para formar polímeros como el Polietileno.
La versatilidad de los plásticos depende de las características de los distintos monómeros que se producen y de las sustancias que se emplean como aditivos para obtener, por ejemplo, resistencia física y química, transparencia, etc. Los polímeros de base fósil más utilizados son: Polietileno Ptereftalato (PET), Polietileno (PE), del cual hay dos variedades, el de alta y baja densidad (HDPE y LDPE respectivamente), Poliestireno (PS), Polipropileno (PP) y Polivinilcloruro (PVC); a cada uno de los anteriores se le ha asignado un número arábigo para su identificación, desde el 1 hasta el 7, siendo la última categoría asignada a otros polímeros como el Nylon, el Neopreno, las siliconas y el Teflón.
Los plásticos derivados del petróleo podrían denominarse plásticos de origen fósil y los derivados de materiales renovables como de base biológica o biobasados, el más conocido de estos últimos es el Ácido Poliláctico (PLA). En la actualidad se están explotando otras fuentes de plásticos como la celulosa, el almidón o incluso las bacterias.
Muy a pesar de las características positivas de estos materiales, los efectos negativos (contaminación ambiental, efectos en la salud animal y humana a distintas escalas) también son notables. Los efectos en la salud humana se deben a algunas sustancias, que se asocian a los polímeros, como el Bisfenol A (BPA), los Ftalatos y metales pesados. Entre los principales efectos para los humanos se encuentran la obesidad y diabetes, malformaciones fetales, enfermedades cardíacas y respiratorias, osteoporosis, infertilidad, cáncer de próstata, ovarios y testículos, problemas de aprendizaje y autismo. Es importante identificar que los elementos plásticos que adquirimos sean libres de estas sustancias, verificando por ejemplo que se observe en ellos la etiqueta BPA free.
Los efectos negativos del mal uso y disposición final de los plásticos no se limitan a la salud humana, pues a nivel ecológico estos materiales son responsables de graves problemáticas ambientales. Hasta un 90% de los productos plásticos no solo no son aprovechados en procesos de reciclaje, sino que son dispuestos directamente en los diferentes ríos, lagos, mares y océanos del mundo; llegando a tal magnitud que desde hace varios años se conoce la formación de grandes islas de plástico en las zonas donde se dan los grandes giros oceánicos, las cuales llegan a tener un área de varios millones de km2.
La contaminación por plásticos en los ambientes tanto terrestres como marinos presenta una gran variedad de problemas para los ecosistemas, entre los más comunes se encuentran los relacionados con la ingesta, pues aquellos animales que consumen accidentalmente piezas de plástico pueden presentar daños físicos como obstrucciones en su sistema digestivo, sensación de saciedad y daño en los tejidos; o químicos como daños a nivel endocrino, nervioso o reproductivo.
Los plásticos se pueden clasificar según su composición química como se explicó anteriormente pero también según su tamaño en macro y microplásticos, dependiendo si superan los 5 mm de longitud o no, y a su vez éstos últimos se pueden clasificar en primarios o secundarios dependiendo de si su reducido tamaño es producto de la fabricación directa (por ejemplo, para exfoliantes, cosméticos o cremas dentales) o de procesos de degradación y fragmentación de macroplásticos.
Los microplásticos presentan dificultades particulares pues al ser tan pequeños se hace muy difícil su recuperación en los sistemas de filtrado y tratamiento de aguas residuales, al mismo tiempo que son capaces de interactuar con una mayor cantidad de organismos, es por esto que incluso animales tan pequeños como los pertenecientes al plancton pueden llegar a consumir estas reducidas partículas, y al ser el plancton la base de las redes tróficas, mediante procesos de bioacumulación y biomagnificación, estos microplásticos llegan incluso a grandes depredadores como por ejemplo el humano.
Referencias:
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